Un grupo de expertos militares británicos obtuvo documentos aparentemente firmados por Vladimir Putin que revelan cómo se suponía que debía proceder la invasión. Rusia planeaba conquistar Ucrania en 10 días y anexarla en agosto de este año, según el Instituto Real de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad (RUSI).
Solo un pequeño grupo de funcionarios rusos estaba al tanto del alcance total de los planes, según el grupo de expertos afiliado al ejército británico, informa Sky News. Incluso los subcomandantes de las divisiones dentro del ejército ruso solo fueron notificados con días de anticipación, y las unidades militares tácticas recibieron órdenes con solo unas horas de anticipación.
Los documentos incautados revelan que Rusia planeaba apoderarse de las centrales eléctricas, los aeropuertos, el suministro de agua, el banco central y el parlamento de Ucrania. Además, en los planes de invasión originales, Moscú no tenía intención de atacar infraestructuras críticas como centrales eléctricas y vías férreas, ya que son cruciales para el buen funcionamiento del país ocupado.
Pero ahora que Rusia no ha logrado conquistar Ucrania en 10 días y anexarla este año, está claro que Moscú ha dado la vuelta al arma. Durante semanas, la red de energía de Ucrania ha sido el objetivo de romper la resistencia. Rusia ahora está usando el invierno como arma en su batalla con Ucrania.
Matar líderes
Se ordenó a las fuerzas especiales rusas que mataran a los líderes ucranianos al comienzo de la invasión. “Parecían suponer que los funcionarios del gobierno ucraniano huirían o serían capturados como resultado de la invasión ultrarrápida”, dijo RUSI.
La contrainteligencia rusa había compilado listas de varios ucranianos y se dividieron en cuatro categorías:
– aquellos que deben ser asesinados;
– aquellos que necesitan ser oprimidos e intimidados;
– aquellos que se consideran neutrales y deben ser alentados a cooperar;
– aquellos que están dispuestos a cooperar.
Los funcionarios planearon registrar a la población a través de controles puerta a puerta y los llamados campamentos de filtración, dijo el grupo de expertos.
Rusia también quería coaccionar a los gobernadores regionales y las autoridades locales, y se ordenó al servicio secreto ruso FSB que detuviera a los funcionarios locales.
Finalmente, con el tiempo, maestros y otros funcionarios vendrían de Rusia para iniciar la “reeducación de los ucranianos”.
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