Recuerdos que se desvanecen de lo que has olvidado, intuitivamente enfadados, fantasmas dando vueltas en tu cabeza, la sala de conversación como punto focal y lugar de encuentro donde se aferran a lo que cuenta como orden establecido. ¿Es eso triste? A veces, cuando golpea el fenómeno de la descomposición. Pero Hendrik Groen, el exdirector, sigue anotando sus vivencias en su diario a los 90 años, aunque es bueno que Leonie, como su confidente, supervise correctivamente.