Columna Roderick Veelo
El presidente estadounidense, Joe Biden, siempre ha sostenido que nadie está por encima de la ley. Incluso cuando su hijo Hunter fue condenado. Al final de su presidencia, la realidad resultó diferente. El presidente aprovecha la última oportunidad para perdonar a su propio hijo. Su acto es sensacional y simboliza el declive moral de un movimiento político que se cree del lado correcto de la historia.
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