La idea de “raspar” la novela del siglo de Robert Musil “El hombre sin cualidades” en un cómic se le ocurrió cuando el tomo cayó a sus pies desde una altura de tres metros durante un desfile, escribió el dibujante austriaco Nicolas Mahler en su álbum de cómic autobiográfico “Franz Kafka’s Nonstop-Lachmaschine” y luego agrega lacónicamente: “Este incidente ocurrió en 2012, el año en que el trabajo de Musil se convirtió en dominio público”.
Como puede verse aquí, Mahler está interesado en la brecha entre la alta literatura y el género cómico que practica, tiene sentido del humor y también es un hombre modesto, porque sus adaptaciones de clásicos literarios como “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll y Los de HC Artmann fueron verwurstung “Frankenstein in Sussex” (como “Alice in Sussex”), “Old Masters” y “The World Improver” de Thomas Bernhard, así como la epopeya de Musil de ninguna manera, más bien compresiones extremadamente originales y, a menudo, muy divertidas que te permiten ver el original con otros ojos.
Pero Mahler también se enfrentó a la reina de las novelas, las siete partes de las memorias de Marcel Proust “En busca del tiempo perdido”. Y logra un homenaje que prescinde de Madeleine y del tilo, e incluso del mítico primer movimiento.
Piensa en el concepto de memoria involuntaria de Proust en términos de música, de la (ficticia) Sonata de Vinteuil (los lectores de Proust saben que Swann ve un motivo en su relación con Odette de Crécy en esto), y recurre a la frase “Sin embargo, en un música algo complicada que se oye por primera vez, muchas veces no se oye nada al principio” una sonata de la memoria compuesta por escenas y movimientos clave, un juego de espejos en el que los momentos cómicos de esta obra también entran en juego y desarrollan una especial potencia y melancolía a través de los dibujos estilizados.
La obra de arte, se da cuenta el narrador de Proust al final, “es el único medio de recuperar el tiempo perdido”. En la adaptación de Mahler se guardan muchos de los preciosos momentos pasados leyendo a Proust.