COLUMNA. Ryanair no vuela con queroseno, sino con arrogancia, subvenciones y explotación de su propio personal

Los dos planos, ¡en verdad sólo hay dos! — que él quita, apenas vuela en invierno. Y que su salida tendría que ver con el impuesto de vuelo que grava nuestro país, es todo para la galería. En Charleroi paga el mismo impuesto. Y cuando, como anuncia, puede querer reanudar sus vuelos en abril, no solo ha comenzado la temporada de verano más lucrativa, sino que ese impuesto de vuelo seguirá ahí.



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