Colocar turbinas en el parque eólico de Roodehaan resulta ser un rompecabezas difícil. No demasiado cerca de viviendas y tampoco en el polígono industrial de la empresa de tratamiento de residuos Indaver. Incertidumbre en el entorno.

El municipio tiene que tratar con los residentes locales, que quieren estar seguros de vivir a una distancia segura de los molinos de viento. El año pasado, el Consejo de Estado estableció que las normas ambientales no estaban establecidas correctamente. Actualmente se están elaborando nuevas reglas a nivel nacional y serán adoptadas por la Cámara de Representantes el próximo año.



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