tre hermosas fotos, publicadas en Instagram y Facebook, para desear felices Pascuas: así charlène wittstock hizo su regreso oficial a sus compromisos como Princesa de Mónaco, junto a su esposo Alberto y a los dos niños, los mellizos jacques y gabriela, siete años.
Felices Pascuas de Charlène Wittstock
“Felices Pascuas”, escribió el ex nadador a través de las redes sociales, en la primera de las tres tiros realizados por Eric Mathon.
Un decorado en los jardines de la casa, donde se montó un decorado temático de picnic: cojines, cesta con un conejo de porcelana, flores. Gabriella mira a su madre, Jacques está serio hacia la meta, el Príncipe Alberto sonríe. La segunda foto es muy similar a la primera, mientras que la última, tomada en la iglesia, retrata a la familia durante un momento de oración.
El regreso después de una larga ausencia
Estas son las primeras imágenes públicas desde que la princesa regresó a Mónaco, el pasado 8 de noviembre, tras una larga estancia en Sudáfrica. Wittstock había llegado a su país de origen en un viaje de caridad y luego se quedó atrapada debido a una infección de oído, nariz y garganta que le impidió volar, al menos esta es la versión oficial del Palazzo Grimaldi. Tras su regreso a Europa, la princesa, muy debilitada, había vuelto a salir del Principado con destino Suiza, para pasar su convalecencia en una clínica especializada.
De la drogadicción al divorcio: los chismes sobre Charlène Wittstock
La prolongada ausencia de Mónaco ha alimentado todo tipo de chismes, desde los de la ruptura con Alberto, que se rumorea desde los días de la boda, celebrada hace diez años, hasta la hipótesis de la drogadicción. Es difícil desentrañar entre tanta cháchara, incluida la última, qué le gustaría ponerse de acuerdo a la pareja real sobre el hecho de evitar el divorcio.
Rumores de divorcio y supuesto arreglo
La ex campeona de natación habría pedido permiso a su marido para vivir en Roc Agel, la residencia de los Grimaldi en la Costa Azul, junto con sus hijos, y él habría aceptado, siempre y cuando no se separara, al menos así lo contó una fuente cercana a la familia Voci. Charlène se sentiría oprimida en el Palazzo Grimaldi y le gustaría permanecer lo más lejos posible de la Rocca, especialmente de cuñada Carolina, que antes de su llegada era la primera mujer en Múnich y que en los últimos diez años no se lo iba a poner fácil. Una presencia incómoda, incluso para gemelos: en los meses fuera del Principado fue ella, junto con su hermana Stéphanie, quien se hizo cargo de ellos.
Además, los gemelos pueden ser la única razón real para mantener el matrimonio de sus padres. En caso de divorcio, Wittstock puede perder la custodia, como señaló el periodista Bertrand Deckers un Más cerca Hace algunas semanas: “Los gemelos pertenecen al Palacio”dijo sin rodeos. Una elección inaceptable para cualquier madre, incluidas las princesas.
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