Casi 300 voluntarios guían a los aficionados a las carreras en la dirección correcta y mantienen el ánimo en alto.

Hay 29 ‘sillas de socorrista’ en el circuito y en el pueblo. Los referentes y creadores de humor están ahí por turnos: Jeroen y Lobke reciben con los brazos abiertos desde lo alto y con un megáfono el desfile de visitantes de la F1. Y en el terreno, Bas, Tom, Jouke y Ron indican a la gente la dirección correcta. «Después de tres días estás agotado. Pero el año que viene volveré a hacerlo», ya sabe Bas.



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