Caos en Spid: por ahora se mantiene y el gobierno se estanca


Ningún adiós a Spid, al menos en el futuro inmediato. En cambio, el Gobierno lanzará un «diagnóstico consensuado con todos los actores», institucionales y de otro tipo, sobre la racionalización de las identidades digitales, con el objetivo de verificar la viabilidad a largo plazo de una identidad digital única, nacional y gestionada por el Estado. La presidencia del Consejo intenta aclarar (y frenar) el rumbo de la marcha tras las declaraciones en el décimo aniversario de la Fdi del subsecretario encargado de Innovación, Alessio Butti, sobre la voluntad de «apagar» el Spid. La idea, cara al partido del primer ministro Giorgia Meloni, es crear un camino -que se especifica como «largo y para compartir»- en cuatro etapas, de «transición negociada» para hacer del DNI electrónico la única herramienta de acceso público administración de servicios en línea.

Desacuerdo de las oposiciones y frialdad en la mayoría

Pero las declaraciones de Butti fueron recibidas con hostilidad por la oposición («Basta de elecciones contra los ciudadanos, viva la modernidad», comentaron Matteo Renzi y Marianna Madia) y con frialdad también por una parte de la mayoría. El líder del grupo de Fi en la Cámara, Alessandro Cattaneo, quiso tranquilizar: «El Spid simplifica la vida de los ciudadanos. No se cancelará, pero estamos buscando formas de resolver algunos problemas. Hay categorías, como la de los mayores, a las que les cuesta utilizarlo». Precisamente para que los ciudadanos puedan delegar en familiares con mayor facilidad, el INPS ofrece el servicio «Delegación Spid».

El gobernador de Liguria, Giovanni Toti, se ha distanciado de Butti: «Spid se puede simplificar, pero abolirlo me parece un paso atrás». “Apagarlo sería un error”, advirtió el Observatorio de Identidad Digital del Politécnico de Milán.

La historia de Spid

Spid, nacido en 2013 e implementado por Agid (Agencia para Digital Italia) hasta su debut en 2016, ha estado en la mira de la Fdi durante años. En febrero de 2020, como diputado, Butti había firmado una agenda en Milleproroghe que comprometía al Gobierno a trabajar por un «Estado Spid», con el Ministerio del Interior como proveedores de identidad único y con la provisión de identidad digital ya no encomendada a operadores privados, sino solo a empresas públicas como Correos. La solicitud fue dirigida a la entonces Ministra de Innovación de Conte 2, Paola Pisano. Ya en esos días se intentó pensar en una convergencia con la Cie, pero no salió nada. Luego vino la pandemia, la lluvia de bonos que se pueden solicitar online y el empuje en la era Draghi-Colao para aumentar las identidades digitales, incluidas en el Pnrr como meta. Con excelentes resultados, porque ya se han superado los objetivos de 2024: hoy hay 33,32 millones de italianos con Spid (+5,87 millones desde finales de 2021), 12.591 organismos participantes (+33,7% desde principios de 2022) y 950,6 millones de accesos a servicios (+66% desde enero). Sin embargo, era lógico esperar que la Fdi no abandonara la bandera de la identidad digital «nacional», ondeada contra la principal característica de Spid: la presencia de una lista de diez gestores acreditados (Tim, Poste Italiane, TeamSystem, Intesa, InfoCert , SpidItalia, Lepida, Namirial, Aruba y Sielte) que proporcionan identidades y gestionan la autenticación de los usuarios.

Las diferencias con el DNI electrónico

Hay muchos sitios que permiten el acceso a los servicios a través de Spid y Cie. La diferencia es que la tarjeta de identidad electrónica, propiedad de 31 millones de italianos, es un documento de identidad no desmaterializado, producido por el Istituto Poligrafico e Zecca del Estado y emitido por el Ministerio del Interior, dotado de un microchip donde se almacenan los datos personales y biométricos del titular y la información que permite su identificación en línea. Los datos contenidos en el Cie, a excepción de las huellas dactilares, se pueden leer con una PC a la que se conecta un lector de tarjetas inteligentes o con un teléfono inteligente equipado con una interfaz NFC (Cerca de un campo de comunicación). Este mecanismo hace más complejo el uso de la Cie pero su nivel de seguridad es mayor, elemento que puede resultar decisivo en el futuro de cara a la obra abierta en Europa, donde un billetera de identidad digital en el que introducir todas las credenciales de los ciudadanos de la UE. Por eso también Butti habló de una migración de Spid a Cie a gestionar a nivel europeo. Y prometió como primer paso la simplificación del CIE para permitir su liberación a distancia, sin coste (hoy cuesta 16,79 euros) y en 24 horas. Esa es una meta con la que nadie discutiría. Empezando por los ciudadanos.



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