El azul contuvo la respiración por el problema de la rodilla, pero debía hacerlo. En el medio regresa el turco y calienta Dumfries. A evaluar Bastoni
Volvió la alarma. Nicolò Barella mantuvo en vilo al mundo del Inter cuando se desplomó en el partido final contra el Udinese, tomándose la rodilla derecha. El hecho de que el centrocampista de 4 pulmones haya parado solo hizo temer algún problema serio justo en la víspera de las partidas de póquer en las que los nerazzurri jugarán por el Scudetto y la Copa de Italia. Hacerlo sin el Capitán Futuro habría dado perspectivas muy diferentes al sprint del equipo de Inzaghi. En cambio, el mismo técnico al final del partido explicó: “Parece una contusión fuerte. Espero que no sea nada, es un jugador muy importante que ha hecho un gran partido. Los médicos nos han tranquilizado pero cruzamos los dedos porque es importante para nosotros”. Curioso que el técnico ya había llamado a la quinta y última sustitución, con Gosens por el exprimido Perisic, pero se le dio bien no salir del campo cuando se entendió que Nicolò -luego sustituido por Vecino- tenía un problema.
Calha, Dumfries y bastones
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Mañana, cuando el equipo se reúna para entrenar (como es habitual, solo descarga para los propietarios del Udine), el cuerpo médico podrá evaluar mejor el estado de la rodilla de la camilla. Por el momento no hay pruebas y un poco de descanso debería ser suficiente para que el golpe quede descartado. Seguramente el viernes contra el Empoli volverá Calhanoglu, ausente en Friuli por descalificación. Se evaluará si Inzaghi hará una rotación de cara a la final de la Copa de Italia, el 11 de mayo en Roma contra la Juve. Pero entre un compromiso y otro habrá 5 días para recuperarse. El viernes, en un Meazza casi agotado, Dumfries podría volver a la derecha. Evaluar la recuperación de Bastoni, que está mejor tras el cansancio muscular que le hizo perder el Bolonia y que podría salvarse para la Copa.
1 de mayo de 2022 (cambio 1 de mayo de 2022 | 23:37)
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