Para fin de año, Boots habrá retirado todas las toallitas húmedas que contienen fibras plásticas de sus estantes. El minorista de salud y belleza admitió ser uno de los principales vendedores de toallitas faciales de belleza, con 800 millones de toallitas húmedas vendidas el año pasado en sus tiendas y en línea, lo que representa hasta el 15 por ciento de todas las toallitas faciales vendidas en el Reino Unido.
«Nuestros clientes son más conscientes que nunca de su impacto en el medio ambiente y están buscando activamente marcas y minoristas para ayudarlos a llevar vidas más sostenibles», dice Steve Ager, director de atención al cliente y director comercial de Boots UK. La ministra de Medio Ambiente, Rebecca Pow, da la bienvenida a esta prohibición. «Este es un compromiso realmente alentador de Boots para evitar que los plásticos dañinos de las toallitas húmedas entren en nuestro medio ambiente», dice.
Las toallitas húmedas causan grandes problemas para el planeta porque los microplásticos que contienen se descomponen y dañan el ecosistema. También causan problemas con el sistema de residuos del Reino Unido, ya que la gente todavía tira toallitas por el inodoro que no se pueden descomponer y, posteriormente, forman algo llamado fatbergs.
Boots ha estado a la vanguardia en el reconocimiento de sus áreas de mejora y, posteriormente, las ha puesto en práctica a través de una serie de cambios. Una de las formas más impactantes en las que ha realizado cambios es a través del esquema Recycle and Reward, una iniciativa que alienta a los clientes a traer de vuelta productos de salud, belleza y bienestar vacíos (y especialmente aquellos difíciles de reciclar) para que sean reciclados adecuadamente.
Es importante tener en cuenta que, si bien este es un gran paso adelante, por supuesto, no elimina por completo el problema de la limpieza facial. Muchas toallitas húmedas «biodegradables» no son necesariamente una opción sostenible. Si bien se descomponen, aún lleva tiempo y, en ese tiempo, pueden causar los mismos problemas de aguas residuales (incluso si están etiquetados como «desechables»). La opción más sostenible aquí es evitar las toallitas húmedas siempre que sea posible. Cuando se trata del cuidado de la piel, usar un limpiador que se enjuaga es en realidad una opción mucho más eficaz.