Bill Burns y Richard Moore: La colaboración en materia de inteligencia ayuda a Estados Unidos y el Reino Unido a mantenerse a la vanguardia en un mundo incierto


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Bill Burns es director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Richard Moore es jefe del Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido.

Hace dos años celebramos 75 años de colaboración; 75 años desde que se fundó la CIA en 1947. Pero los vínculos entre los servicios de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido se remontan incluso a antes, a la fundación del SIS en 1909, cuando presenciamos por primera vez, juntos, el horror de la violencia entre Estados en Europa.

Hoy, después de la más estrecha colaboración durante la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, seguida de una lucha compartida contra el terrorismo internacional, esa asociación es el núcleo de la relación especial entre nuestros países. No tenemos aliados más confiables ni más estimados.

Pero los desafíos del pasado se están acelerando en el presente y se están agravando con el cambio tecnológico. Hoy cooperamos en un sistema internacional disputado en el que nuestros dos países se enfrentan a una serie de amenazas sin precedentes.

La CIA y el SIS se mantienen unidos para resistir la agresión de Rusia y Putin en Ucrania. Lo vimos venir y pudimos advertir a la comunidad internacional para que todos pudiéramos unirnos en defensa de Ucrania. Desclasificamos cuidadosamente algunos de nuestros secretos como una parte nueva y eficaz de este esfuerzo.

Mantener el rumbo es más vital que nunca. Putin no logrará acabar con la soberanía y la independencia de Ucrania. Las acciones de Rusia constituyen una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas mundiales. Seguiremos ayudando a nuestros valientes y decididos socios de inteligencia ucranianos. Estamos orgullosos de hacerlo y admiramos la resiliencia, la innovación y el ímpetu de Ucrania.

Este conflicto ha demostrado que la tecnología, desplegada junto con una valentía extraordinaria y armas tradicionales, puede alterar el curso de la guerra. Ucrania ha sido la primera guerra de este tipo en combinar software de código abierto con tecnología de vanguardia en el campo de batalla, aprovechando imágenes satelitales comerciales y militares, tecnología de drones, ciberguerra de alta y baja sofisticación, redes sociales, inteligencia de código abierto, vehículos aéreos y marítimos no tripulados y operaciones de información, así como inteligencia humana y de señales, a un ritmo y una escala increíbles. Pero, sobre todo, ha subrayado la necesidad imperiosa de adaptarse, experimentar e innovar.

Más allá de Ucrania, seguimos trabajando juntos para interrumpir la imprudente campaña de sabotaje que lleva a cabo la inteligencia rusa en toda Europa y su uso cínico de la tecnología para difundir mentiras y desinformación diseñadas para abrir brechas entre nosotros.

En el siglo XXI, las crisis no se suceden una tras otra. Si bien se está prestando mucha atención y se están destinando recursos importantes a combatir a Rusia, estamos actuando juntos en otros lugares y espacios para contrarrestar el riesgo de inestabilidad global.

Tanto para la CIA como para el SIS, el ascenso de China es el principal desafío geopolítico y de inteligencia del siglo XXI, y hemos reorganizado nuestros servicios para reflejar esa prioridad. Mientras tanto, la lucha contra el terrorismo sigue siendo un aspecto central de nuestra colaboración y trabajamos en estrecha colaboración con otros para proteger nuestros territorios y frustrar la amenaza resurgente del ISIS.

En Oriente Medio, el SIS y la CIA han explotado nuestros canales de inteligencia para presionar con fuerza a favor de la moderación y la distensión. Nuestros servicios están trabajando sin descanso para lograr un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza, que podría poner fin al sufrimiento y a la terrible pérdida de vidas de civiles palestinos y traer de vuelta a casa a los rehenes después de 11 meses de confinamiento infernal por parte de Hamás. Bill ha desempeñado un papel activo para reunir a las partes negociadoras con la ayuda de nuestros amigos egipcios y qataríes. Seguimos trabajando juntos para reducir la tensión en la región.

Mantener la ventaja tecnológica es vital para garantizar nuestra ventaja compartida en materia de inteligencia. El SIS y la CIA no pueden hacerlo solos: nuestra asociación se ve reforzada por una red de asociaciones con el sector privado.

Ahora utilizamos inteligencia artificial, incluida la inteligencia generativa, para habilitar y mejorar las actividades de inteligencia, desde la síntesis hasta la generación de ideas y la ayuda para identificar información clave en un mar de datos. Estamos entrenando a la inteligencia artificial para que nos ayude a proteger y a poner en marcha un “equipo rojo” en nuestras propias operaciones para asegurarnos de que podamos seguir manteniendo el secreto cuando sea necesario. Estamos utilizando tecnologías en la nube para que nuestros brillantes científicos de datos puedan aprovechar al máximo nuestros datos, y nos estamos asociando con las empresas más innovadoras de Estados Unidos, el Reino Unido y el resto del mundo.

En todo este trabajo, nuestra gente excepcional, los mejores ejemplos de servicio público desinteresado y patriotismo, están en el centro de nuestra misión. Nuestra asociación se basa en nuestro trabajo conjunto en materia de tecnología, análisis y operaciones clandestinas en el extranjero, incluidas las relaciones con los agentes. Estos son los hombres y mujeres valientes que trabajan con nuestros oficiales para detener las bombas, poner fin a la violencia e informarnos de las intenciones de nuestros adversarios.

No cabe duda de que el orden mundial internacional —el sistema equilibrado que ha llevado a una paz y estabilidad relativas y ha proporcionado niveles de vida, oportunidades y prosperidad cada vez mayores— está amenazado de una manera que no hemos visto desde la Guerra Fría. Pero combatir con éxito ese riesgo es la base misma de nuestra relación especial. Confianza, apertura, desafío constructivo, amistad. Estas características pueden seguir presentes en el próximo siglo, como también nuestra determinación compartida de seguir siendo los campeones de la paz y la seguridad mundiales.



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