Bagnaia, un campeón sólido y sereno: es la victoria de la coherencia

El éxito mundial de Pecco en nombre de su personaje: una demostración de fuerza que aumenta su valor

El encanto del hombre tranquilo. Pecco Bagnaia ganó en Valencia su segundo Campeonato del Mundo de MotoGP consecutivo, una hazaña lograda en esta categoría sólo por Valentino Rossi y Marc Márquez, con el significado ciertamente nada baladí que conlleva la comparación con estos dos nombres. El piloto de Ducati lo hizo con la constancia que le acompañó durante la última parte de su carrera: claridad, velocidad, frialdad y, por supuesto, tranquilidad. Todas cualidades discordantes en un deporte que siempre ha prosperado con riesgos y adrenalina. Pero no hay mejor forma de ganar que otra. Al final de la historia de un piloto, cuando se hacen los cálculos, lo que quedará es el cuadro de honor y el respeto que tenía por sí mismo y su carácter. Bagnaia, hoy en día, hace precisamente eso: acumula éxitos y sigue siendo el hombre que es. Entregarse cuando se está bajo presión sigue siendo una de las tentaciones más irresistibles que existen. Pero no vale la pena, y al final, al hacerlo, te decepcionas dos veces.



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