Un hombre de 26 años de Assen ha sido condenado a 120 horas de servicios comunitarios por cobrar más de 10.000 euros a su empleador. Debe devolverle el daño a su exjefe. El dinero se gastó en juegos de azar.
El hombre trabajaba en Plaza Sportz (antes Pand 17) en el departamento técnico. De junio a septiembre de 2023 robó el dinero mediante reservas de devolución. El hombre era el responsable del equipo. Por lo tanto, no se notaba que estuviera ocupado con los cajeros automáticos.
El nuevo propietario de la empresa descubrió que el dinero estaba desapareciendo. Abrió una investigación. No fue de extrañar que el técnico quedara expuesto. Transfirió el dinero robado directamente a su propia cuenta.
El hombre perdió todo su salario en el juego. Como resultado, ya no pudo pagar sus costos fijos. En lugar de llamar a la puerta de familiares y amigos, eligió el camino más fácil. El juez consideró que el hombre había traicionado gravemente la confianza de su jefe.
El hombre de Assen pidió un “castigo indulgente”. Quería decir: sin pena de prisión. Eso le costaría su nuevo trabajo. Le escribió a su ex empleador una carta llena de arrepentimiento y diciéndole que quería devolver el monto robado.
El hombre se ha inscrito en el Registro Central de Exclusión del Juego (Cruks), lo que significa que ya no podrá jugar durante los próximos cinco años. El juez le impuso la ‘pena condonada’, igual a la exigencia del Ministerio Público.