El técnico portugués en el vestuario tenía escrita la contraseña de cada estación en inglés, francés, español… dependiendo de la nacionalidad del jugador. Aún con estos detalles se puede ganar el derbi
Coraje. La misma palabra en diferentes idiomas para enviar el mismo mensaje a los veinticinco jugadores rossoneri convocados para el derbi. Paulo Fonseca y su equipo cuidaron hasta el más mínimo detalle los preparativos del derbi. No sólo el aspecto táctico, con Abraham y Morata alineados por primera vez juntos desde el principio, sino también el aspecto psicológico influyó decisivamente en el técnico portugués. Y la palabra “coraje” fue central.
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El domingo era el Inter el que jugaba en casa y, según el acuerdo entre los dos clubes, fue el equipo de Inzaghi el que se quedó con el vestuario que “tiene” y el que suele utilizar el Milan cuando juega partidos en casa. Partidos en casa de San Siro. Los de Fonseca se prepararon así en la “gran sala” reservada a los equipos visitantes que los portugueses pidieron personalizar: el lugar de cada jugador estaba marcado por el dorsal de la camiseta, el escudo del Milán y la palabra “coraje” escrita en el idioma hablado por el jugador en cuestión. Una curiosidad: coraje en inglés y francés se escribe igual, es decir corajepero también encontró espacio la “versión” de la palabra en holandés, serbio, alemán y portugués. El mensaje es inequívoco: todos en el campo sin miedo al campeón italiano.
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La barbacoa organizada en Milanello el viernes, menos de setenta y dos horas después de la derrota ante el Liverpool, también fue importante para aclarar las ideas del grupo. El miércoles, Fonseca había hablado durante más de hora y media en la sala técnica, sin mencionar, sin embargo, los errores tácticos cometidos contra los rojos: había sido una forma de mirarnos a la cara… como hombres. . Para entender eso todos teníamos que dar más del 100% por el bien de la causa. Fue en aquella ocasión cuando el ex entrenador del Lille entendió que tenía el equipo en sus manos y que todos seguirían remando en la misma dirección. El jueves fue la mañana de Ibrahimovic, que transmitió el mensaje de apoyo y aliento del club. Frases conciliadoras y nada de críticas duras como ocurrió tras la mala actuación en Parma. Luego Fonseca habló de táctica y vio las respuestas que esperaba sobre el terreno de juego. La barbacoa del viernes cerró el círculo, con los chefs de Milanello cocinando para Calabria y sus compañeros, pero también para Milan Futuro.
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Y luego llegó la fiesta final, a la que asistieron todos, incluidos los que trabajan detrás de escena y los directivos. El equipo estaba en el terreno de juego recibiendo los cánticos de acción de gracias de la Curva Sud y al regresar al vestuario se encontraron con los fisioterapeutas, miembros del cuerpo técnico, trabajadores del almacén y directivos que los recibieron con aplausos, abrazos y elogios. Finaliza con cena y música en un local conocido de la ciudad. Varios jugadores estuvieron presentes gracias a la jornada libre de ayer. Dulce epílogo de una noche rossoneri para el recuerdo después de muchos derbis amargos.
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