Asesoramiento de expertos: levantar el anonimato obligatorio de los donantes de semen

La donación de semen se suele hacer de forma anónima en nuestro país. El centro de fertilidad y el banco de esperma tienen los detalles de identidad de los donantes, pero no se les permite revelarlos a los futuros padres e hijos. En un consejo al Ministro de Salud Frank Vandenbroucke (Vooruit), el Comité Asesor de Bioética aconseja abolir este anonimato obligatorio y reemplazarlo con una ‘política de múltiples vías’.

Los donantes podrían optar por permanecer en el anonimato o permitir que su identidad se divulgue al niño donante en algún momento. Los futuros padres pueden optar por esperma de un donante anónimo o identificable. El Comité pide que se establezcan bases de datos centrales en las que se almacenen los datos de identidad y las opciones, y que se oriente a los padres y donantes en su elección. “No hay buenas razones para no dejar esa decisión en manos de los involucrados”, dice el presidente del Comité, Paul Cosyns. “Es más democrático dejar que la gente elija que exigir el anonimato”.

Los expertos señalan que, debido al creciente número de empresas que ofrecen análisis de ADN y linaje, el anonimato ya no está garantizado en la práctica.

Sin embargo, el Comité no cree que los niños tengan derecho a conocer su origen genético. “Tal derecho debería basarse en un interés de peso del niño, y ese interés no se ha demostrado hasta la fecha”, dicen los expertos. Se refieren a investigaciones que muestran que conocer o no conocer a un donante no tiene impacto en el desarrollo de los niños.

“La regulación actual es extraña”, dice la bioeticista Heidi Mertes (UGent). “La opción de ser identificable no está disponible en absoluto para quien lo desee. Pero para aquellos que creen que todos los niños tienen derecho a saber de quién son descendientes genéticamente, este consejo no será suficiente”.

Anteriormente, Els Van Hoof (CD&V) y Valerie Van Peel (N-VA) ya formularon proyectos de ley para hacer completamente imposible la donación anónima. “La pregunta es si una política de múltiples vías resistiría la prueba de la Corte Constitucional”, dice Van Hoof. “Después de todo, crea desigualdad entre dos grupos de niños donantes: los que tienen la suerte de que su donante y sus padres eligieran la identificabilidad, y los que tienen mala suerte”.

El gabinete de Vandenbroucke dice que el propio ministro está más a favor de la abolición del anonimato obligatorio, pero espera el resultado del debate parlamentario. Eso puede llegar el próximo año.

Según Ankie Vandekerckhove, coordinadora del Descent Center, que ayuda a las personas con dudas sobre su descendencia, es un derecho fundamental poder rastrear la identidad de un donante. “No para todos, pero para muchos hijos de donantes es ciertamente importante saber de quién son descendientes y el Comité se lo está tomando a la ligera con una lectura selectiva de la investigación”, dice. «Esperamos que no se siga el consejo».



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