El chileno vence al número 2 del mundo por 7-6 y 6-3 en una hora y 58 minutos. Carlos, vigente campeón, se mostró esta vez torpe, nervioso, confuso, muy alejado del jugador que era hasta hace unos meses.
Si había un atisbo de crisis de Carlos Alcaraz, ahora puede declararse oficialmente abierta. No es tanto la derrota, ante Nicolás Jarry, en la semifinal del ATP 250 de Buenos Aires, sino cómo ocurrió lo que debería preocupar al número dos del mundo. Un 7-6 (2), 6-3 en una hora y 58 minutos fue bastante perentorio a favor del chileno, un excelente jugador (esta tarde estuvo genial con su saque con siete aces), que mereció la final del torneo argentino. pero ciertamente no al nivel de español, o al menos al que sabíamos.
el partido
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Jarry anotó el break decisivo en el segundo set con 4-3, entre otras cosas en una remontada, tras perder el servicio en el primer game de la segunda parte: Alcaraz no pudo contraatacar con el 5-3, perdiendo el partido y el torneo. Seamos realistas: el fenomenal ex número uno del mundo lleva meses luchando, apoyado casi exclusivamente en su enorme talento, pero ahora está claro que algo anda mal. Desde su victoria en Wimbledon, casi nunca se ha vuelto a ver a ese jugador. En Argentina, donde fue el actual campeón, Alcaraz nunca demostró estar a su nivel habitual: a menudo torpe, inusualmente nervioso, tácticamente confuso, muy lejos del jugador que era hasta hace unos meses.
¿Es una crisis?
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Los golpes siempre están ahí, pero parecen darse al azar, sin un hilo concreto de conversación. Un dato es emblemático: no ha llegado a la final en siete torneos (desde Cincinnati, hace seis meses), nueve sin ganar, y ni siquiera ha conseguido hacerlo en 250, además en tierra batida, que es lo que debería. sea su superficie favorita. En definitiva, Alcaraz no afronta de la mejor manera un punto de inflexión ya importante de su temporada, aquel Sunshine Double Indian Wells-Miami donde el año pasado logró una victoria (en California) y una semifinal, en Florida, que perdió contra Sinner. . Y ojo: quizá nos adelantemos un poco a lo previsto y con nuestra imaginación, pero el italiano, recién número tres del mundo, ya puede fantasear con adelantar al español en el número dos no muy lejos en el tiempo, dadas las premisas y el estado de forma de ambos. Absolutamente impensable hasta hace un año. Jarry jugará mañana en Buenos Aires la sexta semifinal de su carrera, yendo en busca del cuarto título, desafiando al ídolo local Acosta.
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