Anthony Albanese está en camino de convertirse en el primer primer ministro laborista de Australia en nueve años, después de que el gobierno conservador de coalición liberal-nacional de Scott Morrison no lograra ganar suficientes escaños para formar un gobierno mayoritario o minoritario.
Pero las victorias inesperadas de los ambientalistas Verdes y una serie de candidatos independientes centrados en el clima significaron que no estaba claro de inmediato si los laboristas podrían formar un gobierno por derecho propio.
Albanese, un veterano político laborista, había asegurado al menos 71 de los 76 escaños necesarios para formar un gobierno mayoritario a las 22:00 horas del sábado, hora de Sydney.
Pero el éxito de los Verdes y los independientes progresistas, más alineados con las políticas laboristas que con las de la coalición Liberal-Nacional, significa que los laboristas tienen un camino claro hacia un gobierno minoritario si no alcanzan la mayoría de 76 escaños.
La mayor conmoción de la noche fue la pérdida del tesorero liberal y líder liberal adjunto Josh Frydenberg en la sede tradicionalmente ultrasegura de Kooyong en Melbourne. Se había hablado de Frydenberg como un probable futuro líder del partido y un posible primer ministro.
Fue derrotado por Monique Ryan, una doctora y una de las llamadas independientes verde azulado que compitió en escaños conservadores tradicionalmente seguros en una plataforma de acción climática, anticorrupción e igualdad de género. Estos independientes ganaron en al menos cinco escaños liberales tradicionalmente seguros.
Los candidatos proempresariales y proclimáticos, llamados así por el color de su marca entre el azul conservador y el verde ecologista, ahora ocupan escaños liberales moderados tradicionales en algunos de los electorados más ricos de Sídney y Melbourne.
Los laboristas obtuvieron su mejor resultado en Australia Occidental, donde obtuvieron varios escaños de los liberales.
El cambio de gobierno llegará en un momento crítico para Australia, que está entrando en un período de incertidumbre económica y tensión geopolítica creciente a medida que China aumenta su influencia en el Pacífico.
Morrison, cuya Coalición ha estado en el gobierno durante una década, buscaba convertirse en el primer primer ministro en ganar un segundo mandato desde John Howard, pero estuvo detrás de su rival en las encuestas hasta el día de las elecciones.
Se enfrentó a su impopularidad entre los votantes, prometió cambiar su estilo de “excavadora” y lanzó una política de vivienda de última hora destinada a atraer a los votantes más jóvenes, pero no fue suficiente.