Con el comienzo de la temporada de verano, los aires acondicionados vuelven a utilizarse para refrescar los hogares. Por eso, Enea ha desarrollado un manual ágil para el uso del sistema de aire acondicionado con el fin de ahorrar en la factura y proteger el medio ambiente. «El aire acondicionado se encuentra entre los electrodomésticos que más repercusión tienen en la factura, por ello es fundamental en primer lugar verificar su eficiencia, comprobando que los filtros están en perfectas condiciones de uso. De hecho, además de bacterias, moho y polen, en los filtros se acumula polvo que, al obstruir el flujo de aire, dificulta y encarece alcanzar la temperatura requerida», explica Nicolás Calabrese, responsable del Laboratorio de Eficiencia Energética de Enea en Edificación y Urbanismo.
Calabrese: alto riesgo de daños sin mantenimiento
Sin el mantenimiento adecuado, añade el experto, «todos los aires acondicionados tienden a trabajar bajo tensión, consumiendo hasta un 30% más de electricidad que los parámetros de fábrica. Además de un mayor consumo, el aire acondicionado sin mantenimiento sufre un mayor desgaste, con un mayor riesgo de daño y la necesidad de recurrir a intervenciones extraordinarias de mantenimiento». Aquí, pues, el listado completo de medidas a tomar para obtener beneficios medioambientales y ahorros de hasta un 7% en el total de la factura eléctrica.
1) Prestar atención al correcto mantenimiento
Como cualquier otro electrodoméstico, el aire acondicionado también requiere una limpieza y un mantenimiento mínimos para funcionar correctamente durante mucho más tiempo. Además, es importante comprobar la estanqueidad del circuito de gas.Tenga en cuenta que la legislación prevé la obligatoriedad del folleto del sistema y controles periódicos para los sistemas con una potencia superior a 10 kilovatios para los de invierno y 12 kW para los de verano. , es importante subrayar que los filtros de aire y ventiladores son los lugares donde con mayor frecuencia acechan mohos y bacterias dañinas para la salud, incluida la bacteria legionella que puede ser mortal.
2) Preste atención a la clase energética
Elegir el aire acondicionado adecuado es un requisito clave para reducir el consumo y evitar sorpresas desagradables en la factura. Independientemente de la tecnología, siempre son preferibles los modelos de clase energética superior a A, ya que, además de una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, consumen mucho menos. El consumo anual de energía indicado en la etiqueta energética está relacionado con 1.400 horas de funcionamiento en modo calefacción y 350 en modo refrigeración, más el consumo de energía en otros modos como standby. Por ejemplo, un modelo de clase A+++ consumirá hasta un 40% menos de electricidad que un modelo de clase B.
3) Elija la tecnología de inversor
En un acondicionador de aire con sistema de control inverter, la velocidad de rotación del compresor se regula constantemente y esto permite un rendimiento óptimo en cualquier condición de uso, ajustando la capacidad de refrigeración y calefacción suministrada a la necesidad efectiva. Estos modelos, que resultan especialmente funcionales cuando se espera mantener el aire acondicionado encendido durante muchas horas seguidas, cuestan más que los equipados con tecnología on-off pero el consumo energético y el ruido son menores, frente a un mayor confort en toda la vivienda. las áreas servidas.