Una nueva denuncia presentada en California plantea dudas sobre las prácticas de vigilancia dentro de Apple, una empresa conocida por su respeto a la privacidad. La acusación proviene de Amar Bhakta, directivo de Apple, quien afirma que la empresa obliga a los empleados a utilizar sus dispositivos personales para trabajar, lo que facilita una vigilancia amplia y continua.
Dispositivos personales utilizados con fines profesionales.
Según Amar Bhakta, Apple recomienda encarecidamente a sus empleados que utilicen sus dispositivos personales como iPhones y MacBooks para realizar sus tareas laborales. Si bien la empresa proporciona dispositivos para trabajar, desaconseja el uso de iCloud dedicados exclusivamente al trabajo. Los dispositivos suministrados están sujetos a importantes restricciones, lo que hace poco práctico su uso exclusivo en el trabajo.
Este uso forzoso de dispositivos personales permitiría a Apple tener acceso no sólo a correos electrónicos y documentos profesionales, sino también a datos personales de los empleados, como fotos, vídeos, notas y otra información almacenada en estos dispositivos. Esta situación crea una fusión problemática entre la vida personal y profesional de los trabajadores, sometiéndolos a una vigilancia constante, incluso cuando se encuentran fuera de las instalaciones de la empresa.
Acceso ubicuo y monitoreo
Según se detalla en la denuncia, Apple utiliza no sólo vigilancia electrónica, sino también vigilancia física y por vídeo a través de los dispositivos puestos a disposición de sus empleados. De hecho, a través de un software específico instalado en dispositivos personales, Apple podría rastrear la ubicación y las actividades de los usuarios en tiempo real, incluso fuera del horario laboral.
Según Amar Bhakta, las políticas internas de Apple potencialmente permiten el acceso a los datos una vez finalizado el contrato del empleado. Una acusación reforzada por el hecho de que Apple exige a sus empleados que eliminen cierta información de sus perfiles de LinkedIn, añadiendo una capa adicional a la cuestión del control excesivo ejercido por la empresa.
La respuesta de Apple y el contexto histórico
Ante estas acusaciones, Apple reaccionó rápidamente negando firmemente todas las acusaciones. Un portavoz de la empresa dijo: “Todo empleado tiene derecho a discutir su salario, horarios y condiciones de trabajo. Esto es parte de nuestra política de conducta empresarial sobre la cual todos los empleados reciben capacitación anualmente”. Esta declaración pretende contradecir las afirmaciones de que Apple impide debates internos sobre las condiciones laborales y salariales.
Cabe señalar que esta no es la primera vez que Apple se enfrenta a este tipo de acusaciones. Otros empleados han planteado anteriormente preocupaciones similares sobre la privacidad y el acceso a los datos. Por ejemplo, en 2021, un ingeniero denunció intentos de presionarlo para que renunciara después de intentar lanzar una encuesta salarial en línea. Luego, Apple prohibió la creación de un canal de Slack llamado #community-pay-equity, lo que generó una acalorada controversia.
La equidad salarial y la libertad de expresión se ven obstaculizadas
Más allá de las cuestiones de supervisión, la denuncia actual y los testimonios anteriores revelan una dificultad más amplia relacionada con la cultura corporativa en Apple. Los empleados a menudo han expresado su preocupación por poder discutir libremente la equidad salarial y las condiciones laborales sin temor a repercusiones. Estas restricciones, si se prueban, irían en contra de las leyes de California sobre libertad de expresión y el derecho de los empleados a organizarse.
Amar Bhakta cita en particular casos en los que se le prohibió directamente hablar sobre determinados aspectos de su trabajo o se le presionó para que eliminara información perturbadora de su perfil público, lo que constituiría una restricción inapropiada de su libertad de expresión y un control excesivo de su imagen profesional.
Un modelo contradictorio con promesa de confidencialidad
Estos incidentes resaltan una aparente contradicción en las comunicaciones externas de Apple, que se centran en gran medida en proteger la privacidad de sus clientes a través de sofisticadas tecnologías de cifrado. Sin embargo, los acusadores señalan con el dedo acusador prácticas internas consideradas invasivas y contrarias a esta filosofía declarada.
Por lo tanto, la reputación de Apple como defensora de la privacidad podría verse dañada por estas revelaciones, especialmente en un contexto en el que la privacidad digital se está convirtiendo en una preocupación creciente para los consumidores y los reguladores. La pregunta sigue siendo qué tan extendidas están estas prácticas y cómo podrá la empresa abordar estas acusaciones sin dejar de perseguir sus objetivos comerciales.
A medida que continúa el litigio, este caso podría servir como una llamada de atención a otras empresas de tecnología sobre los límites que no se deben cruzar en materia de privacidad de los empleados. Si los argumentos presentados por Amar Bhakta se sostienen en los tribunales, es posible que Apple necesite revisar significativamente sus políticas para monitorear y usar los dispositivos personales de los empleados.