Durante los alegatos, los abogados señalaron cómo resultaron heridas las víctimas y cómo esto continúa impactando su vida diaria. Por ejemplo, un abogado se refirió a Eva, quien tuvo que aceptar una amputación en medio de esa noche horrible, o Pierre, quien supo por una bala en la espalda que nunca podría volver a caminar.
Pero además, los ataques también le provocaron heridas leves y dolores crónicos, “menos malos, pero de por vida”, suena. El trastorno de estrés postraumático también tiene un gran impacto y “se cuelga todo el tiempo”, al parecer. Aquí, también, los abogados cuentan historias similares sobre miedos, pesadillas, insomnio y, sobre todo, la sensación de que la vida se ha convertido en una “lucha permanente” “al ritmo del miedo”.
Las alegaciones de las partes civiles se reanudan el lunes y están previstas hasta el 7 de junio.