Los investigadores de ABN AMRO esperan ahora que los precios de la vivienda vuelvan a subir el próximo año. Los precios de la vivienda han dejado de caer antes de lo que se pensaba, en parte debido a un aumento de los salarios y un retraso en las nuevas construcciones.
En los últimos cuatro meses, los precios de la vivienda han vuelto a subir ligeramente, en promedio alrededor del 1,9 por ciento, según cifras de la Oficina de Estadísticas de los Países Bajos y del Registro de la Propiedad. Este aumento continuará, esperan los investigadores de ABN AMRO en su último informe. Monitor del mercado inmobiliario.
“Al principio pensábamos que los precios de la vivienda caerían un 5 por ciento en 2023, pero esperamos una caída del 3 por ciento para finales de año”, escriben. El año que viene los precios subirán una media del 2,5 por ciento. En el anterior Monitor del mercado inmobiliario el banco seguía apostando por una caída del 3 por ciento.
Tanto el personal como los materiales se han encarecido, lo que repercute en los precios de la vivienda. Además, los salarios están aumentando rápidamente, lo que hace que los compradores gasten más en una casa. Además, el aumento de los tipos de interés y el encarecimiento de los terrenos edificables influyen decisivamente en el precio de una vivienda.
Además, se están expidiendo menos permisos para nuevas construcciones. Debido a los cambios en los costos, algunos proyectos ya no son económicamente viables, lo que provocó su interrupción. “Mientras tanto, la necesidad de vivienda crece constantemente hasta alcanzar un máximo histórico, mientras que el crecimiento de nuevas viviendas no puede seguir este ritmo”, informa ABN AMRO.
Muchas más sobrepujas que hace años
Los corredores ven que se están superando las ofertas. Según Makelaarsland, el número de transacciones en las que los compradores sobrepujaron asciende actualmente al 42 por ciento. En diciembre del año pasado, sólo el 10 por ciento de las compras fueron sobreofertadas.
Los precios de la vivienda siguen siendo en promedio un 4,3 por ciento más bajos que durante el pico de julio de 2022. Las casas más antiguas con etiqueta energética baja son las que menos rápidamente suben de precio. Se espera que esta tendencia se intensifique, ya que la eficiencia energética se tendrá en cuenta en el importe del préstamo a partir de 2024.
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