El 21 de agosto, el OCMW de Charleroi fue objeto de un ciberataque que cerró sus sistemas durante un largo tiempo. Los piratas informáticos exigieron un rescate para levantar el bloqueo y aprovecharon la oportunidad para ver datos personales, especialmente los de los refugiados ucranianos. Esto es lo que escribe el periódico en francés «La Nouvelle Gazette».
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