Más de 1.200 niños han muerto en Sudán desde mayo de este año debido a las duras condiciones de vida en los campos de refugiados. La infección por sarampión y la desnutrición en particular causaron muchas víctimas jóvenes, dijeron el martes dos organizaciones especiales de las Naciones Unidas (ONU). Anunciado. El ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están haciendo sonar la alarma conjuntamente.
“Los centros de salud están bajo una enorme presión debido a la escasez de personal, de medicamentos vitales y de equipos médicos”, escribe ACNUR. Las 1.200 víctimas mortales son todos niños menores de cinco años. El número de muertos se basa en las muertes entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre de 2023 en nueve campos de refugiados en Sudán, que se encuentra en el noreste de África. Además de los numerosos casos de sarampión y desnutrición, el cólera, el dengue y la malaria también causan problemas importantes en Sudán. La convergencia de los distintos riesgos para la salud crea una “combinación mortal”, según ACNUR.
En Sudán, el ejército gubernamental ha estado luchando contra las milicias de la Fuerza de Apoyo Rápido desde mediados de abril. Según el recuento oficial, más de 1.000 personas han estado involucradas en los combates. 7.500 muertos casos, aunque en realidad el número probablemente sea mayor. Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, llama a prestar atención a las consecuencias del conflicto. “Podemos evitar más muertes, pero necesitamos dinero, acceso a los necesitados y, sobre todo, el fin de los combates”.
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