Cientos de personas presenciaron el mortal salto en bungee en el Boerenmert de Hapert en 1993. Todo el pueblo había salido a ver de cerca esta nueva atracción. Y eso salió terriblemente mal: el instructor Mike van Wordrager, de 22 años, que quería dar un salto mortal, se soltó de la goma y se cayó. “Vi todo tipo de sangre. Estaba absolutamente muerto”.
Muchos habitantes de Hapert recuerdan exactamente dónde se encontraban en el momento del accidente. La mortal caída del saltador de puenting causó una gran impresión y muchas personas conocen a alguien que estuvo allí o lo vio ellos mismos.
Esa noche, un testigo lo dijo muy claramente por radio: el elástico se estiró por completo y, cuando volvió a subir, el gancho se soltó. El niño gritó, agitó las manos un poco más y bajó. Calculo unos 45 metros. Ves a ese niño tirado en la arena. Sangre corriendo por su cabeza y sí… absolutamente muerto. Todos llenos de emociones. Todos gritan y palidecen. Sí, el evento se detendrá”.
El puenting era algo completamente nuevo a principios de los años 1990. La organización del Boerenmert logró llevar esta nueva atracción a la decimotercera edición. Fue uno de los mercados más concurridos de la historia con más de 25.000 visitantes.
Como era tan especial, también hubo muchos niños en el Mercado. Toda la escuela primaria estaba sentada al frente. Una mujer que fue a verlo siendo estudiante de primaria lo recuerda bien: “Lo peor que siempre me ha quedado es ese enorme golpe en el suelo. Se podía sentir el suelo temblar”.
Los testigos de aquella época cuentan su historia en este vídeo.
Peter Tijssen, entonces presidente del Boerenmert, lo recuerda muy bien. “Estaba parado cerca y escuché a todos gritar y chillar. Inmediatamente tomé el walkie-talkie para llamar a todos. Inmediatamente acordonamos todo con barreras de obra para que el público no pudiera ver a la víctima y los servicios de emergencia pudieran hacer su trabajo. El equipo de instructores, unos siete, estaba llorando. Se organizó asistencia a las víctimas para ellos y para todos los espectadores que la necesitaran”.
Peter Grem, entonces alcalde, todavía elogia la actitud adoptada tras el accidente. “La organización intervino inmediatamente y cerró el lugar. Esto significó que el Boerenmert podría continuar. Porque no pudimos enviar a todos esos miles de personas a casa a la vez”.
Después de eso el ambiente desapareció, dice Wim Pijs, voluntario en el Boerenmert desde el principio. “Yo no lo vi, pero estuve cerca de verlo. Mi hija, que en ese momento tenía 16 años, estaba parada a dos metros de distancia. Lo ha visto todo. Todavía pienso en ello a menudo. Todavía me hace algo”.
El accidente del puenting en Hapert es hasta la fecha el único accidente mortal en una atracción de este tipo en los Países Bajos. En el lugar del accidente, al lado del complejo residencial Hapertse Kluis, se encuentra ahora una pista de petanca. Ya nada nos recuerda la terrible caída del 19 de septiembre de 1993, de la que tanta gente fue testigo.
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El NOS Journaal y NOS Current Affairs informaron extensamente sobre el mortal salto del 19 de septiembre de 1993.