“La cuestión no es si estamos preparados. La cuestión es si los dos principales partidos españoles están dispuestos a negociar honestamente con nosotros y todo lo que defendemos. ¿O simplemente buscan nuestro apoyo parlamentario para esta legislatura?”
En el hotel Thon del barrio europeo de Bruselas, Carles Puigdemont se mostró tan sencillo y firme como en los últimos meses. Dejó claras sus demandas a sus camaradas de partido y a la prensa reunida.
La formación del gobierno de España ha estado estancada desde julio, ya que ni el bloque de izquierda del PSOE de Pedro Sánchez ni el de derecha del PP obtienen fácilmente una mayoría. Actualmente, el rey español ha designado al líder del PP para las conversaciones de coalición, pero la expectativa general es que fracasarán.
Luego terminamos con Sánchez, que tiende la mano a Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont. Puigdemont, de 60 años, vive exiliado en nuestro país desde el referéndum catalán de 2017. Debido a los resultados de las elecciones de julio, de repente se ha convertido en el hacedor de reyes desde una posición imposible de desvalido.
Sus demandas no están muy lejos de ser buscadas. Para empezar, quiere amnistía para todos los involucrados en ese referéndum en ese momento. Significaría que se abandonarían todos los procedimientos legales contra miembros de Junts y podría regresar a España sin correr el riesgo de ser arrestado. “No podemos negociar con un grupo que nos ve como terroristas. Eso es antidemocrático”.
Puigdemont también quiere que se reconozca como legítimo el resultado de ese referéndum. Los catalanes tienen derecho a formar una república, afirmó Puigdemont. Sostuvo que los problemas de vivienda, inmigración y transporte público deberían abordarse en la propia Cataluña, y no desde Madrid.
No es tan sorprendente escucharlo de un separatista, pero Puigdemont apunta alto al hacerlo público nuevamente y al formularlo como condiciones para llegar a la mesa de negociaciones. Apuesta a que Sánchez no quiere acudir a nuevas elecciones, que podrían favorecer al PP y al ultraderechista Vox.
“Hace seis años que no nos hablan, pero quizá ahora puedan actuar por necesidad”, afirmó Puigdemont. “O van a una segunda vuelta electoral, con el riesgo de mayor inestabilidad, o se llegará a un acuerdo con un partido que considere legítimo el referéndum”.
Puigdemont presentó su paquete de demandas tras su reunión en Bruselas con Yolanda Díaz, primera ministra en funciones de España y líder de Sumar, el aliado de extrema izquierda de Sánchez. La reunión es parte del intento de Díaz de conseguir apoyo para un nuevo gobierno liderado por los socialistas. Puigdemont lo dice simplemente: “Es sólo una cuestión de voluntad política”.