Un joven de Reet ha montado una refrescante atracción de agua para refrescarse durante este clima tropical. En su jardín hay una construcción de nada menos que cuarenta metros de largo compuesta por una lona mojada con jabón marrón, un aplique y un cojín hinchable. Cualquiera que quiera puede ser catapultado por los aires bajo su propio riesgo. “No es seguro, pero tampoco es peligroso”, dijo Sebastián, el creador de la atracción. Ya produce imágenes espectaculares.
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