El testaferro del mercado de fichajes de Maldini y Massara tiene la cara sonriente y los nervios firmes de Mike Maignan, arrebatado a Lilla tras el adiós de Donnarumma y convirtiéndose poco a poco en protagonista, en silencio, con atajadas y salidas añadidas gratuitas. El francés es la mejor compra de su experiencia. El año pasado puso sus manos en el Scudetto. Nadie puede quitarle un buen 9.