OMS lista para declarar el fin de la pandemia tras 7 millones de muertos: «Ahora el virus está en pequeñas oleadas»

Más de tres años después del anuncio de la emergencia sanitaria internacional el 30 de enero de 2020 y tras casi 7 millones de muertos y 750 millones de contagios, la OMS se prepara para declarar el fin de la pandemia. De hecho, el próximo 4 de mayo tiene lugar la decimoquinta reunión del Comité de Emergencia por la Covid-19 convocada por el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Un encuentro muy esperado que podría representar un paso decisivo hacia su desclasificación. Mientras tanto, el ECDC recuerda cómo «invertir en salud pública es la lección más importante del Covid» y Nature explica cómo el virus se quedará con nosotros en las cuatro estaciones del año con una tendencia epidémica caracterizada por «pequeñas olas».

La OMS y la declaración del fin de la pandemia

Después de la reunión, como se mencionó, el Comité de Emergencia informará al director general de la OMS, indicando si la pandemia de Covid-19 todavía constituye una «Pheic» (emergencia de salud pública de interés internacional). El comité de emergencia también indicará las recomendaciones temporales a la OMS y sus estados miembros: en particular, también se espera la solicitud de continuar las campañas de vacunación contra Covid en los próximos años. La Organización Mundial de la Salud también debería recomendar a los países que no bajen las inversiones en salud pública para no volver a encontrarse destapados en la próxima emergencia. Esta recomendación ya la ha hecho el ECDC, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.

La recomendación del ECDC: «Invertir en salud pública»

En efecto, en los últimos días la agencia independiente de la Unión Europea ha lanzado una serie de recomendaciones para la pospandemia: en particular, el ECDC ha subrayado la necesidad de invertir en salud pública, especialmente en recursos profesionales, y prepararse para la próxima crisis con la comunicación de riesgos, la participación ciudadana y la recopilación y análisis sistemáticos de datos y evidencias. “Necesitamos estar mejor preparados para futuras crisis de salud pública a través de acciones en diferentes áreas”, dijo el director del ECDC en un comunicado. Andrés Amón Esto incluye invertir y fortalecer la fuerza laboral de salud pública, mejorar la vigilancia de enfermedades infecciosas, mejorar la comunicación de riesgos y el compromiso de la comunidad, y adoptar la colaboración entre organizaciones, países y regiones.

¿El futuro del virus? En pequeñas olas y durante cuatro estaciones

«Un artículo en Nature nos dice que deberíamos acostumbrarnos a las ondas de Covid en lugar de a las olas. Olas hechas de contagios medianos y leves, pocas hospitalizaciones y pocas muertes. QUIÉN date prisa, me gustaría ver por una vez anticipar, en lugar de seguir persiguiendo. Espero que la OMS presione ese botón el 4 de mayo y diga que la pandemia ha terminado. Todos seremos más felices»: así Mateo Bassetti, director de enfermedades infecciosas del hospital San Martino de Génova, comenta sobre la próxima reunión del Comité de Emergencia por Covid-19 y el posible futuro del virus que serán «cuatro estaciones». En definitiva, el Covid inaugura la era de las «olas pequeñas», la época de las pequeñas olas. Una nueva nueva normalidad, perfilada en un análisis de la revista «Nature» y ya compartida hace varios meses por el virólogo italiano Fabricio Pregliasco que desde hace tiempo, tratando de imaginar un escenario de convivencia con el Sars-CoV-2, viene proponiendo una tendencia epidémica caracterizada por «ondas como las de una piedra en un estanque. Salvo la aparición de nuevas variantes». «Lo que surge -destaca Pregliasco- es que no hay una estacionalidad» del Covid «como la de la gripe, sino oleadas de contagios -olas que no son fuertes, no relevantes en este momento- con cierta inclinación hacia el crecimiento de esta sopa de variantes».

Variantes cada vez más contagiosas pero sin efectos graves

Una «sopa» en la que no hay ningún ingrediente -una hija de Omicron- que tome el relevo. «Estas variantes compiten entre sí de alguna manera» y su difusión se ve más o menos facilitada «a la luz de la proporción de inmunidad híbrida de una población en un momento dado». En otras palabras, analiza el profesor de la Universidad Estatal de Milán, “si ha habido una oleada reciente con una variante de Omicron similar a la que está circulando, gran parte de la población -con vacunas y con contagios recientes- esquiva la próxima nueva ola. Pero si llega una nueva variante o si la oleada anterior es más antigua, más lejana en el tiempo, entonces es posible que una parte de la gente pierda la protección, que sabemos que son aproximadamente 6 meses de todos modos». Por tanto, concluye Pregliasco, «ya no estamos ante una sola ola pandémica, sino ante muchas olas, y entre otras cosas desincronizadas entre sí. Las variantes que están imperando son las que determinan el interés del virus en términos evolutivos. Al final, por tanto, son los de mayor contagiosidad, pero los que no plantean mayores problemas» al huésped.



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