Principal sospechoso del ataque a la sinagoga de Amberes en 1981 arriesga su vida en París

Más de cuarenta años después de un atentado contra una sinagoga parisina, en el que murieron cuatro personas, se conocerá el veredicto en el ansiado juicio de la tarde de este viernes. El único acusado, Hassan Diab, está ausente y corre peligro de cadena perpetua. En un ataque similar, en 1981 en el distrito de los diamantes de Amberes con tres muertos, también estaría involucrado Diab.

El atentado de París del 3 de octubre de 1980 también hirió a unos cuarenta transeúntes. Un año después, el 20 de octubre, tuvo lugar un ataque similar en Hoveniersstraat de Amberes, en el corazón del distrito de los diamantes. Saldo: tres muertos y más de un centenar de heridos.

Ambos ataques nunca fueron reivindicados, pero según los investigadores fueron obra de un grupo terrorista afiliado al Frente Popular para la Liberación de Palestina. Se enviaron cartas rogatorias internacionales a unos 20 países para esa investigación y, finalmente, el profesor de sociología libanés-canadiense Hassan Diab fue acusado de colocar la bomba. Arriesga la vida en prisión.

Los fiscales señalan las similitudes entre el exalumno en Beirut y los retratos tomados en ese momento, así como el testimonio de una pareja que afirma que Diab pertenecía a grupos palestinos a principios de la década de 1980. La evidencia clave en el archivo es un pasaporte a nombre de Diab que fue incautado en Roma en 1981.

Líbano

Después de un largo procedimiento, Diab fue extraditado de Canadá a Francia en noviembre de 2014. Él mismo lleva años proclamando su inocencia. En el momento de los hechos, Diab se encontraba en Líbano, aseguran sus abogados.
Más de tres años después, Francia lo liberó nuevamente porque el caso fue sobreseído. Los jueces de instrucción dictaminaron que los cargos contra Diab eran “insuficientemente convincentes” y que era “probable” que Diab estuviera en Beirut en octubre de 1980.

Otros tres años después se decidió que aún debe responder ante el tribunal por los hechos de 1980. Sin embargo, el hombre mandó a su gato. Las partes civiles están decepcionadas con la ausencia de Diab, pero “ella no está sorprendida”, suena. “Pero lo más importante es que el proceso se lleve a cabo”.



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