La Policía Metropolitana, la fuerza policial del Gran Londres en el Reino Unido, es institucionalmente racista, misógina y homofóbica. Esto es evidente a partir de un informe condenatorio encargado por la entonces jefa de policía Cressida Dick en 2021 a raíz del asesinato de la londinense Sarah Everard. Fue secuestrada, violada, asesinada y quemada viva por un oficial de la Policía Metropolitana en marzo de ese año.
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