Fue decisivo en la ida, ya lleva tres goles con la Roma. Insustituible para Sarri, Anderson es ahora mucho más que el diputado Immobile
Es fácil volver a la ida, a ese gol suyo que decidió el derbi romano ya en la primera parte. Fácil, pero también inevitable, porque hoy como entonces Felipe Anderson será el testaferro del ataque biancoceleste. Falso nueve o primer punto atípico es de poca importancia. Maurizio Sarri le pregunta -convencido de que puede garantizarlo- lo que ya hizo el brasileño en noviembre: cargar con el peso de la maniobra ofensiva de la Lazio. Prende la luz, con una asistencia o un gol, como sabe hacer cuando es día de gracia.
Anterior
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Se entendía que era un derbi desde su primer derbi en Roma, allá por enero de 2015. Era su segundo año en la biancoceleste, pero el primero efectivo tras la temporada inicial con la Lazio. En su debut en el partido más esperado de la capital, Felipe Anderson fue el gran protagonista del primer tiempo, cuando con un gol y una asistencia (a Mauri) puso arriba 2-0 a la Lazio (en el segundo tiempo la Roma remontó para poner el 2-2 con doblete de Totti). Salvo que luego, tras tan devastador impacto, en los siguientes derbis el brasileño se convirtió en protagonista de buenas actuaciones, sin encontrar sin embargo nuevos puntos fuertes en cuanto a goles y asistencias. En su segunda vida como jugador de la Lazio, después del interludio de los tres años pasados entre West Ham y Porto, Anderson, sin embargo, ha vuelto a encontrar el sentimiento con el derbi, y cómo lo ha encontrado. Un gol y una asistencia (para Milinkovic) en su primer nuevo derbi en otoño de 2021 (y la Lazio gana 3-2), otro gol en la ida de esta temporada (y Lazio gana 1-0).
verdadero nuevo
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El pasado noviembre también fue su primer derbi disputado como delantero centro. Un papel al que en un principio la llamó el futbolista brasileño, mientras que ahora se ha pasado decididamente a ti. Hasta el punto de que, en esta posición, marcó 6 de los 8 goles marcados en el total de la temporada. Un papel que interpreta a su manera, variando por todo el frente de ataque, retirándose en ocasiones para favorecer las inserciones de los centrocampistas. El resultado es que, con su habilidad para no dar puntos de referencia a sus oponentes, casi siempre los pone en crisis. Pero a medida que pasaban las semanas, Anderson también mejoró mucho sus habilidades finales. El gol marcado el jueves en Alkmaar en la Conferencia, aunque inútil a efectos del resultado, fue sin embargo importante. Primero porque le permitió volver a marcar (la última vez que marcó fue el 24 de enero ante el Milan) y luego, más aún, porque fue un gol “verdaderamente nuevo”. Confirmando que en ese rol de primer delantero se encuentra cada vez más a gusto.
El bis y el disco
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Con estas premisas, Felipe partirá ahora al asalto de nuevas hazañas. Sin Immobile, con Milinkovic y Luis Alberto que siguen alternando pruebas contundentes con otras en tono menor, la clase del brasileño es una de las armas más importantes sobre las que apunta Maurizio Sarri. Felipe obviamente sueña con otro gol, posiblemente tan decisivo como el que marcó hace cuatro meses y medio. Sería para él el primer bis en un derbi dentro de un mismo campeonato. Y también supondría llegar a las dos cifras en cuanto al número de goles de la temporada (está en 9), con el récord personal de gol cada vez más cerca. Son 11 goles de Felipe, lo consagró en aquella temporada 2014-15 en la que tuvo aquel impacto demoledor con el derbi romano. Cursos históricos y recurrencias que se entrelazan.
19 de marzo – 09:12
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