El año pasado, los Países Bajos emitieron un 9 por ciento menos de gases de efecto invernadero que en 2021. Esto se debe principalmente a la crisis energética, que provocó que ciudadanos y empresas usaran menos gas natural. Las emisiones de la aviación aumentaron debido al creciente número de pasajeros.
El año pasado, las emisiones de CO2 fueron casi un 32 por ciento más bajas que en 1990, según cifras preliminares de Statistics Netherlands y RIVM. Desde 2020, los Países Bajos deben cumplir el ‘objetivo de Urgenda’: 25 por ciento menos de emisiones que en el año de referencia 1990. El gobierno quiere que las emisiones se reduzcan al menos en un 55 por ciento para 2030.
El consumo de gas natural cayó particularmente rápido el año pasado en hogares, oficinas y tiendas. Como resultado, el entorno construido emitió un 21 por ciento menos de CO2.
Las emisiones en la industria cayeron un 11 por ciento, también debido al menor consumo de gas. El uso de carbón y petróleo en la industria se mantuvo casi igual. La reducción de emisiones por parte de la industria se había estancado en los últimos años, pero la crisis energética le ha dado un nuevo impulso. En agricultura, las emisiones cayeron un 10 por ciento, porque muchos cultivadores de invernaderos bajaron la calefacción o dejaron los invernaderos completamente vacíos.
También se liberó menos CO2 al aire durante la generación de electricidad. Esto se debe a la creciente participación de la electricidad verde, que ascendió al 40 por ciento por primera vez el año pasado. Las emisiones de las centrales eléctricas de carbón se mantuvieron casi igual que en 2021, después de que el gobierno cancelara una limitación de producción planificada en el verano.
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El consumo de gas también se mantendrá bajo este año
Statistics Netherlands utiliza las directrices internacionales del panel climático de la ONU IPCC para calcular las cifras de emisiones. No se incluye el transporte aéreo y marítimo internacional, ni la combustión de biomasa.
Si se incluyen esas fuentes de CO2, las emisiones cayeron un 8,4 por ciento en comparación con 2021. La diferencia se debe a las emisiones de la aviación, que aumentaron casi un tercio. Sin embargo, el impacto climático de los aviones sigue siendo un 20 por ciento menor que antes de la crisis del coronavirus.
El experto en energía Martien Visser de la Universidad Hanze de Groningen no espera que las emisiones se disparen nuevamente este año. Aunque los precios de la gasolina han bajado, siguen siendo mucho más altos que antes de la crisis del coronavirus. “Hasta ahora no veo que ninguna industria comience de nuevo. Además, para muchos hogares, 1,45 euros por metro cúbico de gas sigue siendo demasiado”. Así, en los primeros meses del año, el consumo de gas se mantuvo por debajo del anterior a la crisis energética.
Mientras tanto, la producción de electricidad sostenible continúa creciendo de manera constante. Se espera que un gran parque eólico nuevo frente a la costa del Mar del Norte entre en funcionamiento en el transcurso de este año. “Considerando todo, mi expectativa sería que las emisiones se mantuvieran más o menos iguales”, dice Visser.
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