El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dice que la respuesta de las autoridades a los terremotos del país no ha sido tan rápida como le hubiera gustado al gobierno. Lo admitió por primera vez el viernes durante una visita a la ciudad de Adiyaman, muy afectada. El número de muertos tras los terremotos en la zona fronteriza turco-siria ya ha ascendido a más de 22.000.
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