S&P Global Ratings también elige el camino de la espera y, al igual que Moody’s, evita cambios en la calificación de los bonos del gobierno italiano, que por lo tanto permanece anclada en triple B con perspectiva estable (rebajada desde positiva a fines de julio).
Todas las grandes calificaciones ya expresaron sus temores en las últimas semanas, pronosticando un crecimiento negativo en 2023 (para S&P será del -0,1% en el escenario base, para Fitch -0,7%) y sobre todo subrayando los riesgos asociados a una desaceleración en el PNRR que la FdI había dicho que quería modificar durante la campaña electoral. “Una revisión del NRP causaría graves retrasos e incertidumbres sobre las perspectivas económicas”, advirtió S&P. S.
En las horas en que el primer ministro in pectore concluía el rompecabezas ministerial y recibía del Quirinale el encargo de formar gobierno, nuestro BTp a diez años seguía registrando rentabilidades algo por debajo del 4,8% (el cierre estaba en el 4,77%).
En los cálculos más actualizados del Tesoro, el costo promedio de emisión de bonos del gobierno este año fue de 1,47%, casi 15 veces por encima de los mínimos históricos de 0,1% en 2021.
Todo el cuadro pende entonces de las incógnitas de la guerra y la crisis energética, en las que, sin embargo, se marca el éxito de la batalla de anoche de Mario Draghi en el consejo europeo sobre el precio del gas. Un éxito importante también para el debut operativo del gobierno de Meloni: basado en el doble nombramiento del decreto anticrisis y la maniobra.
Más que el decreto, que volverá a basarse en el exceso fiscal para prorrogar las medidas del Aid-ter, la verdadera cuestión es la maniobra.
Quién tendrá que encontrar la manera de seguir apoyando la economía sin detener el proceso de reducción de la deuda En su carrera por completar el sistema de finanzas públicas para la ley de presupuesto en un par de semanas, el nuevo ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, tendrá que arreglarlo. su mirada en esa “sostenibilidad de la deuda” que es el corazón de los bonos comunitarios, es la cláusula esencial para la activación del escudo antipropagación del BCE y sobre todo es la condición indispensable para no acabar con las prisas como muestra Liz Truss. Meteorito de Londres.