A todos los Berrettini: "No soy un tirador de pelotas. Sueño con un Grand Slam, en Wimbledon lloré"

Fiestero, hambriento, entusiasta de la NBA: el tenista azul habla de sí mismo en el número de los quioscos del sábado. Pero el misterio permanece sobre ese tatuaje con el corazón perforado…

Frente a una cámara, con las luces encendidas, ha aprendido a sentirse a gusto. Pero son las miradas cómplices con su viejo amigo, Andrea, quien lo observa desde la distancia adecuada, para revelar que aún hoy Matteo Berrettini está asombrado de toda la notoriedad que se ha ganado, más que merecidamente. Y sabe reírse de ello.



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