Sabía cien palabras, pero Merel, de 4 años, de Haarlem, ahora solo puede pronunciar seis palabras: papá, mamá, comida, pato, pájaro, sí y no. Y esos también pueden desaparecer debido al síndrome de Rett. La ayuda que, sin embargo, puede poner en palabras sus sentimientos y deseos, ya no es reembolsada por el seguro médico.
En el mes de los medios de comunicación, la asociación de interés ISAAC-NF, junto con los padres de Merel y otros compañeros de sufrimiento, tiene una petición redactado con la esperanza de que intervenga la Cámara de Representantes.
Ya no se reembolsa
El Instituto Nacional de Atención de la Salud determinó recientemente que el hardware de las computadoras del habla no se reembolsa. “Por ser una pastilla, se ve como un utensilio general, y eso no lo cubre el reembolso de la aseguradora de salud”, explica el padre Bas Hamer en el informe.
Los padres de Merel quieren contar su historia, porque muchos padres no pueden permitírselo. Los costes de un ordenador de voz pueden ascender a miles de euros. “Lanzamos a una niña dulce y alegre a la refriega, pero por una causa mayor”, dice la madre Wiete Kromdijk.
Vea el informe a continuación.