Hoy, era casi imposible imaginar mejores condiciones: con un sol encantador y una fuerza del viento de 4 a 5, un grupo de una treintena de personas con discapacidad se subió al Amstelmeer para un viaje en velero. La salida, organizada por Watersports Association Amstelmeer, la Marine Watersports Association and Team Sportservice, tiene como objetivo principal brindar a los participantes un hermoso día, pero también enseñarles un poco los trucos de la navegación.
Las personas con discapacidad pueden inscribirse en el viaje anual en velero, que se canceló durante los últimos dos años debido a la corona. Esta vez el interés fue tan grande que hubo que hacer una selección por parte de la organización: se dio prioridad a las personas que nunca antes habían asistido. Al final, los elegidos se repartieron en tres balandras denominadas B2: dos mástiles que también son utilizados como botes de remos por la marina.
“Todas las caras felices, de eso se trata”
Los participantes disfrutan visiblemente al máximo del paseo en barco. “Siempre encuentro el agua y las olas relajantes”, dice Monique Engel. “Lucho con la epilepsia y luego esto es una buena distracción”. Martijn también agradece el viaje. “No me mareo”, informa con una amplia sonrisa. “¡Y la gran ventaja es que te bronceas muy rápido en un día como hoy!”
El patrón Wico se asegura de que la balandra, a pesar de la fuerza del viento de 4 a 5, no se incline demasiado. “Porque no debería ser el caso que mis invitados comiencen a gritar que tienen miedo”. Por cierto, esto funciona muy bien: los pasajeros tienen un día maravilloso, como también señaló con satisfacción el patrón Wico. “Veo todas las caras felices, eso es lo que importa”.
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