Unos pocos, pero significativos, gestos son suficientes para que Dusan Vlahovic se gane a los fanáticos de la Juventus. Más allá de los objetivos, quedando mucho más allá del valor técnico que inevitablemente devolvía la conciencia al entorno y despertaba el entusiasmo. El delantero serbio ya es algo más: por la humildad, disponibilidad, determinación y educación deportiva mostrada en estas primeras semanas en Turín. Tras la velada en Florencia, no hay publicaciones para celebrar el triunfo ante su ex equipo pero sí un corazón de la Juventus:en definitiva, impecable con su pasado pero a la vez centrado en el presente, como un líder consciente.
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