En comparación con la pasta y el arroz, la papa todavía se sirve con mayor frecuencia en las mesas belgas. En un día promedio en 2021, el 41 por ciento de los belgas comieron papas, calculó el Centro Flamenco de Comercialización Agropecuaria (VLAM). Aunque la patata hervida sigue siendo la forma de preparación más utilizada, a largo plazo presenta un ligero descenso respecto a otras preparaciones como al horno o al wok.
¿Qué tan mala es la papa hervida? “Solo un belga de cada ocho pela y hierve sus papas”, entró ayer el periodico leer. Eso no está bien, dice VLAM. El centro hizo su cálculo en base al porcentaje de belgas que consumen el producto en un día promedio, no durante todo el año.
“En un día promedio en 2021, el 12,4 % de los belgas comieron papas hervidas, en comparación con el 14,4 % en 2017. Hay más estabilización con los otros métodos de preparación”, dice Liliane Driesen de VLAM. “Las papas hervidas funcionan relativamente menos bien que las otras preparaciones”. Pero a pesar del ligero declive, cocinar papas seguirá siendo el método de preparación más popular en 2021. Así que ciertamente no es tan malo con las ‘papas fritas hervidas clásicas’.
“Creo especialmente que el plato clásico de carne, verduras y papas hervidas se está volviendo menos popular”, dice el chef y creador de Balls & Glory, Wim Ballieu. Él enfatiza que solía haber una mayor necesidad de comer papas porque el suministro era mucho menor. “Solo piense en los espaguetis, que en realidad solo han estado en el país desde la época de nuestros padres”.
generaciones?
Los jóvenes de entre 18 y 34 años también optan relativamente menos por las patatas -según cualquier preparación- en su plato que los de 55 a 64 años. Alrededor del 25 por ciento de los jóvenes comen papas cuatro o cinco veces por semana. Esto es el 32 por ciento entre las personas de 55 a 64 años. “Fíjate que en la primera categoría todavía hay personas que viven en casa y por lo tanto también comen de lo que se trata la olla”, enfatiza Driesen.
“Los consumidores y la industria de la restauración también suelen tener una imagen anticuada de las patatas”, señala Driesen. “Está fuertemente ligado a la cocina de la (abuela), con la típica comida de tres componentes ‘carne-verduras-patatas’. Por eso estamos haciendo campaña con VLAM para indicar que las papas encajan con las comidas modernas”.
Al chef Ballieu también le gusta llamar a la patata hervida una especie de herencia cultural. “Pero, ¿realmente se pierde esa herencia porque ya no comemos papas hervidas con una pizca de sal todos los días? No quiero quedarme tan corto”.