Un “cannabis estatal” sujeto, como el tabaco, a un monopolio y licencia para su cultivo y venta. La propuesta está contenida en una de las enmiendas a la maniobra presentada en la Cámara por el M5S. Y choca con la represión del cáñamo ligero deseada por el Gobierno en el proyecto de ley de Seguridad que está examinando el Senado en segunda lectura, contra el cual las protestas de las empresas de la cadena de suministro continúan sin cesar.
La propuesta cinco estrellas
“El cultivo, procesamiento, introducción, importación y venta de cannabis y sus derivados están sujetos a monopolio estatal en todo el territorio de la República”, se lee en la propuesta de enmienda presentada por los diputados de cinco estrellas. Según la modificación, queda reservado el cultivo de cannabis para uso personal hasta un máximo de cinco plantas femeninas, así como la cesión a terceros de pequeñas cantidades de sus derivados destinadas al consumo inmediato.
El papel atribuido a la Agencia de Aduanas
El Movimiento Cinco Estrellas propone que la Agencia de Aduanas y Monopolios tenga la posibilidad de realizar todas las fases de procesamiento del cannabis suministrado y también de otorgar una licencia de cultivo. para el suministro de los sitios de procesamiento indicados por la propia Almirante. El Ministerio de Economía, según el esquema imaginado, sería el encargado de regular mediante decreto los métodos para otorgar licencias de cultivo de cannabis, los métodos para adquirir las semillas correspondientes y los procedimientos para conferir el procesamiento de derivados, determinando cada año las especies de calidad cultivable y las cantidades correspondientes, así como establecer el precio de concesión, el nivel de los impuestos especiales derechos, el nivel de la prima sobre las ventas al por menor y el precio de venta al público.
La represión del gobierno contra el cannabis light
La enmienda suena a provocación a oídos de un Gobierno, que en el artículo 18 del proyecto de Ley de Seguridad ha introducido, proponiendo una modificación de la ley 242/2016 de apoyo a la cadena de suministro de cáñamo agroindustrial, la prohibición de la importación, transferencia , procesamiento, distribución, comercio, transporte, expedición, envío y entrega de inflorescencias de cáñamo, incluso en forma semiacabada, seca o triturada. Deje también de utilizar productos que contengan este tipo de inflorescencias, incluidos extractos, resinas y aceites. En estos casos, el proyecto de ley prevé la aplicación de las sanciones previstas en el Título VIII del Decreto Presidencial 309/1990 para estupefacientes y sustancias psicotrópicas. Entre los delitos previstos, la producción, tráfico y tenencia ilícitas de drogas, castigado con prisión de 6 a 20 años y multa de 26.000 a 260.000 euros, y asociación para el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes o psicotrópicas, castigado con pena privativa de libertad. de no menos de veinte años para quienes la dirijan y organicen y con no menos de diez años para quienes participen en ella.
El parón de las empresas: «Hace falta previsión»
La ley, apoyada y defendida hasta ahora por el subsecretario Alfredo Mantovano, que tiene el mandato antidrogas, fue aprobada en Montecitorio, pero en el Palazzo Madama puede no sostenerse ante las protestas de las empresas. Ayer la voz de Coldiretti volvió a alzarse. «Es necesaria previsión para dar continuidad a las tres mil empresas agrícolas que cultivan cáñamo, siguiendo las claras indicaciones del pasado, y crear las condiciones para que se respeten las normas europeas», comentó el presidente Ettore Prandini. «Lo cierto es que no dejaremos solos a nuestros empresarios del cáñamo, a costa de llegar a despachos judiciales ya que no podemos darnos el lujo de cancelar los sueños e inversiones de muchos jóvenes que han apostado su futuro en este sector, obligándolos a cerrar actividades”.