La primera edición en 1989, las víctimas de las corrientes oceánicas, la obligación de aumentar la seguridad con el paso de los años: la épica regata en solitario creada por el francés Jeantot
Detrás del nacimiento de la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario que comenzó el 10 de noviembre en Les Sables d’Olonne – en la costa atlántica francesa – está la voluntad de elevar el nivel técnico-deportivo de la circunnavegación oceánica, eliminando cualquier escalas. La intención se debe a Philippe Jeantot, un francés nacido en Madagascar que, tras una larga trayectoria como buceador de profundidad en plataformas petrolíferas, se dedicó a la navegación oceánica a finales de los años 1970. Un “hígado” talentoso si es cierto que ganó el BOC Challenge, la vuelta al mundo por etapas, durante dos ediciones consecutivas: 1982-83 y 1986-87. De ahí el sueño de crear la primera regata “real” sin escalas, con reglas precisas, en monocascos y a partir de noviembre para enfrentarse a los mares antárticos en el verano austral (por lo tanto menos exigente) en un recorrido que, en términos generales, recorre el de tijeras.