El impacto fue grande cuando Ron van Zwol, de 63 años, que daba clases de natación desde 1979, murió tras una colisión con un camión. Los hijos de la querida instructora de natación decidieron continuar en la escuela de natación. Ahora, ocho años después, ha llegado el momento de que los niños pasen el testigo.
“Siempre hemos dirigido la escuela de natación a distancia con mucha pasión”, afirma su hijo Erik van Zwol. “Pero también tenemos nuestras propias carreras y la piscina también necesita una modernización. Es el momento adecuado para vender la piscina”.
La misma pasión y energía.
Y los hijos de Ron no se apresuran a buscar un nuevo dueño. “Nos damos cuenta de que mucha gente se preocupa por la escuela de natación”, dice su hijo Erik. “Hay mucho interés por parte de los empresarios y realmente estamos buscando a alguien que quiera continuar la escuela de natación con la misma pasión y energía que nuestro padre. Los promotores de proyectos que quieran abrir un restaurante chino aquí no son bienvenidos”.
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