Una alegre tarde de sábado entré en una conocida librería de Utrecht. Justo frente a mí estaba una pareja con muchos años de experiencia; ella encabezaba el desfile, él caminaba detrás. Al mismo tiempo escuché a un empleado de la tienda preguntar a su colega: “Lo tenemos solo en el mundo?” Entonces escuché al hombre frente a mí sonreír en voz baja: “Sí, él está caminando hasta aquí para mí”.
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