“El agua simplemente atrae a la gente”, explica la iniciadora Cynthia Garvelink, también propietaria del restaurante Bij de Kerk. “Lo hemos visto en otros lugares. Es una plaza donde los niños juegan felices, rodeados por sus padres. Así empezamos a hablar aquí como empresarios. Y así nació la idea”.
Y esto encaja perfectamente con Meppel como ciudad del agua. También hay una línea de piedra gris entre las piedras rojas de Kerkplein. Por allí discurría el canal. En 2020, se llevó a cabo una investigación para excavar el antiguo canal de la ciudad, después de que fuera un tema importante en las elecciones municipales de ese momento. Ese era el otro lado del centro. Conclusión de la investigación: excavar el canal costará al menos 9 millones de euros y apenas habrá nada a cambio.
Así que el canal no se ha construido y no volverá a suceder. Pero las plazas entonces en cuestión, Prinsenplein y Groenmarkt, han sufrido desde entonces una profunda renovación: de un aparcamiento público a una plaza de restauración con espacio para parterres verdes. También se ha abordado esa otra plaza de la ciudad. De Wheem también ha añadido un pequeño parque con una estatua.
La Kerkplein no ha sido renovada. “Las otras plazas son mucho más acogedoras”, afirma Garvelink. La también empresaria Nicolet Docter-van Loo, propietaria del Grandcafé Oasis, ve que el público se desplaza hacia otras plazas. “No para comer, por eso la gente todavía viene a Kerkplein. Pero se puede ver en nuestra zona de cafetería. El público simplemente va a las otras plazas. Allí es más agradable”.