Ya hemos mencionado que si un menú te resulta demasiado familiar, es posible que estés en una trampa para turistas. Lo mismo ocurre con la clientela. Por eso, Kizilbayir se mantiene alejado de los restaurantes que se especializan en ofrecer tours grupales.
“Es el círculo de la vida: los turistas vienen a la ciudad, les muestran los lugares históricos, los museos, los jardines. Empiezan a tener hambre. Entonces, el guía turístico lleva a un autobús lleno de turistas a un lugar que parece atractivo”, dijo. Pero, argumentó, “no se puede ofrecer comida de buena calidad para tanta gente al mismo tiempo, así que como restaurador, tienes que ahorrar. Haces que la comida o las bebidas parezcan ‘bombardeos’. Traes postres con velas brillantes, pones ‘música popular’ a todo volumen, haces que los camareros canten con trajes o sombreros raros”.
“Los turistas se van de estos lugares con comida en mal estado en el estómago, pero el guía turístico se lleva una parte de las ganancias. Es un cambio fácil”, admitió.
Por eso, durante sus viajes, Hucks busca restaurantes en los que no haya turistas como él. “Si estás en un país o región en el que se habla un idioma distinto al tuyo (en este caso, inglés), evita los lugares en los que se oigan muchas conversaciones de personas que no son de la zona”, afirma.
Santiago también evita los restaurantes con demasiados turistas. “Cuando estoy comiendo en un restaurante de tapas en España, quiero oír a la mesa de al lado hablando español”, dijo. “Busco dónde están los lugareños”.
Confesó: “Como dueño de un restaurante, tengo una relación de amor-odio con cosas como las reseñas de Google, pero me parecen útiles para encontrar lugares a los que van los locales. ¿Las reseñas están escritas en el idioma local? Si voy a Portugal, las reseñas que están todas en inglés son una señal de alerta. Miro lo que lleva puesto la gente en las fotos. En Europa, uno se viste elegante para salir a cenar. Ver fotos de gente en pantalones cortos y camisetas en un restaurante ‘elegante’ de Madrid me permite saber que no es el lugar al que van los locales”.
Como Premoli resume claramente: “El principal indicio de la autenticidad de un restaurante es la [local] ¡clientela!»
Este artículo apareció originalmente en El Huffington Post.