SSon semanas inolvidables para todos aquellos chavales que afrontan sus exámenes finales. Recuerdo todo de aquel día allá por 1985, cuando me tocó hacer el examen oral: desde mi chaqueta azul con lunares blancos y negros, hasta las caras de los comisarios y la de mis compañeros de colegio, que venían a escuchar a mí. Luego, por supuesto, los latidos de mi corazón.
“¿Cuál es tu sueño secreto?” me preguntó el presidente al final de la conversación, sacando un paquete de cigarrillos del suyo. “Ser periodista”, respondí de un tirón. “En mi opinión, si se lo propone, podrá hacerlo”, respondió con una media sonrisa.
Sus palabras tintinearon como monedas en ese frasco de esperanzas. en los que ya había colocado mis queridas lecturas, las mejores notas en los ensayos, las palabras de la profesora de italiano de secundaria, la primera que dijo que pronto leeríamos mi nombre en un libro, y los argumentos similares de los demás profesores para mi padre, el más escéptico sobre mi futuro como periodista.
Había que entenderlo: yo era una chica de un país del sur, sin ningún conocimiento del mundo y del mundo del papel impreso. ¿Cómo pude haberlo hecho? ¿No sería mejor escribir como hobby para algún periódico local y dedicarme a una carrera más propia de una mujer, capaz de garantizarme también poder cuidar de mi futura familia?
Pero entre mis sueños cuando era niña, a diferencia de muchos de mis compañeros, casarme nunca estuvo en primer lugar.. Allí, justo en lo más alto, siempre ha estado la escritura. Digo esto con la conciencia de alguien que, habiendo sabido muy pronto lo que quería llegar a ser, disfrutó de una ventaja en sus logros.
E incluso hoy, cada vez que hablo con los estudiantes sobre su futuro, Lo primero que te recomiendo es explorarte a ti mismo en busca de tus sueños. Hacerlo de inmediato y tener éxito significa realizar los estudios y experiencias más adecuados, dándote tiempo para ajustar tu objetivo a lo largo del camino. Y, tal vez, pasar al segundo sueño de la lista, con la ventaja, sin embargo, de haber intentado realmente realizar el primero. La única garantía, créanme, contra futuras frustraciones.
¿Quieres compartir emociones, recuerdos, reflexiones con nosotros? Escríbanos a [email protected]
Todos los artículos de Antonella Baccaro
iO Donna © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS