Julian Assange ha llegado a un acuerdo con fiscales de Estados Unidos que le dejarán en libertad a cambio de declararse culpable de uno de los cargos que se le imputan. El australiano de 52 años se declarará culpable de espionaje y posteriormente será condenado a 62 meses de prisión. Assange, que ha estado detenido en el Reino Unido desde 2019, será liberado y podrá regresar a Australia.
Aunque un juez federal aún debe aprobar el acuerdo, éste parece poner fin a años de disputas legales entre Assange y sus abogados, por un lado, y los fiscales de Estados Unidos y otros lugares. Estados Unidos intentó extraditar al fundador del sitio web WikiLeaks, algo que Assange impugnó porque no habría recibido garantías de un juicio justo.
A principios de este año, el presidente estadounidense Joe Biden insinuó la liberación de Assange cuando indicó que había considerado una solicitud de Australia para detener el procesamiento de Assange. Los fiscales estadounidenses intentaron que Assange fuera juzgado por 18 cargos, incluido el de espionaje y la publicación de documentos confidenciales sobre las operaciones militares estadounidenses en Afganistán e Irak.
Revelaciones de WikiLeaks
WikiLeaks publicó esos cientos de miles de documentos en 2010. Además de documentos militares, se trataba de cables diplomáticos que contenían información, entre otras cosas, sobre violaciones de derechos humanos cometidas por soldados estadounidenses en Irak, que abrieron fuego contra civiles desarmados. En todo el mundo, las revelaciones de WikiLeaks provocaron indignación pública y protestas contra las guerras estadounidenses en Medio Oriente.
Assange se convirtió en un héroe, los cargos en su contra fueron calificados de violación de la libertad de expresión. Sin embargo, Assange fue acusado bajo la administración de Donald Trump de compartir los documentos secretos. En 2010, Assange fue arrestado en el Reino Unido luego de que los fiscales suecos retiraran los cargos, quienes sospechaban de él por agresión sexual.
Posteriormente, el australiano huyó a la embajada de Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia, donde pasó posteriormente siete años. Fue arrestado en 2019 y desde entonces se encuentra recluido en una prisión de la capital británica. El acuerdo con los fiscales estadounidenses parece permitirle abandonar esa celda fuertemente custodiada después de cinco años.