Este mes comenzará en Delft y Leiden un estudio sobre el efecto de la esketamina sobre el dolor de las mujeres con endometriosis. En el estudio participan 56 mujeres con esta afección.
El estudio fue organizado por la Clínica Holandesa de Endometriosis (NEK), junto con el Hospital Reinier de Graaf en Delft y el Centro Médico de la Universidad de Leiden (LUMC). Con la investigación, los médicos esperan mejorar la atención médica de las mujeres con endometriosis.
En los Países Bajos, casi medio millón de mujeres padecen endometriosis. Esta es una afección crónica en la que un tejido que se asemeja al revestimiento del útero también se encuentra fuera del útero. Esto a menudo provoca inflamación, dolor intenso y problemas de fertilidad y también puede provocar síntomas depresivos.
Una de cada diez mujeres sufre de endometriosis. Sin embargo, para muchas mujeres el diagnóstico correcto no se realiza de inmediato, porque los médicos primero atribuyen las molestias a problemas menstruales graves, por ejemplo. Debido a que el diagnóstico se realiza tarde, los problemas y las molestias dolorosas siguen aumentando.
El efecto analgésico de la esketamina puede durar semanas.
Los médicos ahora investigarán si la esketamina es eficaz como analgésico cuando otras opciones de tratamiento fallan. La esketamina es similar a la ketamina, pero funciona mejor contra el dolor. Es un anestésico que también puede utilizarse como analgésico en dosis bajas. La esketamina también tiene un efecto antiinflamatorio y antidepresivo.
El medicamento se administrará mediante infusión. Después de la infusión, el efecto analgésico puede durar semanas. El Hospital Reinier de Graaf y el LUMC ya tienen experiencia en la administración de esketamina.
“Por lo tanto, sabemos que este medicamento es seguro siempre que se administre en un entorno controlado”, afirma el ginecólogo Mathijs Blikkendaal, del NEK, que dirige la investigación. “Este es el primer ensayo clínico que investiga el efecto de la esketamina en mujeres con endometriosis”.
En el estudio participan 56 pacientes con endometriosis y dolor crónico. La mitad recibe esketamina y la otra mitad recibe un placebo. Para lograrlo, los pacientes deben estar conectados a una vía intravenosa durante ocho horas.