Vermote no esperaba que Visma le ofreciera un contrato. Él considera que la llamada telefónica es una bendición. “No te lo dije de inmediato. Ya había tenido varios contactos y siempre resultaba nada. Sólo cuando tuve certeza me atreví a contarlo”.
Ahora espera convertirse en un fijo en el equipo y así dar pasos adelante. “Iré en servicio, iré a la cabeza. Sé que puedo. Me gustaría correr unos años más porque todavía me siento bien”.